En Uruguay, el tratamiento y disposición de residuos hospitalarios es actualmente realizado por los propios centros de salud y/o Intendencias Municipales. Éstos consisten en la incineración y disposición de cenizas en vertederos a cielo abierto, lo que implica graves riesgos, tanto ambientales como para la salud humana, debido a que las tecnologías empleadas son obsoletas y generalmente no diseñadas con esa finalidad. A modo de ejemplo, en la ciudad de Montevideo se procesan, en la Usina 2, 25 ton/día de residuos hospitalarios - sin clasificar -, la que fue construida en 1915 - reacondicionada en 1995 - para el tratamiento de residuos sólidos urbanos y las cenizas generadas - estimadas en 3.2 ton/día- son dispuestas en el vertedero a cielo abierto.
Dadas las características del mencionado horno incinerador, fundamentalmente temperatura de combustión, propicia las condiciones para la formación de un amplio espectro de contaminantes, entre los que podríamos resaltar por su peligrosidad las dioxinas y furanos policlorados. Es claro que el riesgo no sólo sigue latente sino que se ve potenciado, por la generación de contaminantes nuevos y más tóxicos. Frente a esta situación y a la creciente preocupación de organizaciones civiles e instituciones públicas y privadas por la temática, urge la necesidad de implementar un sistema de gestión de residuos hospitalarios, acorde a las necesidades (cantidad y calidad de residuos) y a la realidad social, económica, ambiental, legal y política de nuestro país.
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